ASPECTOS DEMOGRÁFICOS DEL ENVEJECIMIENTO

 

DEMOGRAPHIC ASPECTS OF AGING




ROSSANA GÓMEZ CAMPOS
Académica Universidad Autónoma de Chile - Chile
JAIME PACHECO CARRILLO
Académico Universidad del Bío Bío, Chillán - Chile
jpacheco@ubiobio.cl
MARCO COSSIO-BOLAÑOS
Académico Universidad Católica del Maule, Talca - Chile
mcossio@ucm.cl





RESUMEN

El presente artículo, tiene como objetivo analizar los aspectos demográficos del envejecimiento. Mediante  análisis documental, se han estudiado las variables demográficas que caracterizan el envejecimiento en diferentes países y se analizó la situación particular de Brasil. Entre las variables demográficas analizadas, están la transición demográfica, natalidad, fecundidad, mortalidad migración y esperanza de vida, respectivamente. En este estudio aparece la transición demográfica como un factor importante que está influyendo en sociedades  en  vías de  desarrollo y en desarrollado de manera distinta,
 
pero con un impacto innegable, ya que como un fenómeno social de múltiples dimensiones determinó la transformación sociodemográfica, inicialmente de los países europeos y actualmente está afectando a países de América Latina y El Caribe y específicamente en Brasil. Los resultados de la revisión apuntan a la presencia de una población más envejecida y con una tasa de crecimiento bajísima, o tal vez hasta negativa.


Palabras clave: envejecimiento, demografía, Brasil.




ABSTRACT

 
This article aims to analyze the demographic aspects of aging. Through documentary analysis, we have studied the demographic variables that characterize aging in different countries and analyzed the  particular  situation of Brazil. Among the demographic variables analyzed, are the demographic transition, birth rate, fecundity, mortality, migration and life expectancy, respectively. This study shows the demographic transition as an important factor that is influencing in developing societies and developed in a different way, but with an undeniable impact, since as a social phenomenon of multiple dimensions determined the sociodemographic transformation,  initially Of European countries and is currently affecting countries in Latin America and the Caribbean and specifically in Brazil. The results of the review point to the presence of a population that is older and with a very low or perhaps even negative growth rate.


Key words: aging, demography, Brazil.
 



1. INTRODUCCIÓN


El término demografía deriva etimológicamente del griego demos que significa población y graphein que significa descripción, refiriéndose al estudio de la descripción de las poblaciones humanas. Autores como Carvalho, Sawyer y Rodríguez (1994), definen la demografía como los aspectos estáticos de una población en un determinado momento, tamaño y composición, así como también de su evolución en el tiempo y de la interrelación dinámica entre las variables demográficas. En ese sentido, el estudio de la demografía durante la vejez considera a los individuos que pasan por las etapas del ciclo vital y que en la actualidad llegan a edades más avanzadas. En cuanto a las pirámides etarias, disminuyen su base y aumentan en su cúspide (Viveros-Madariaga, 2001). La demografía estudia a las poblaciones desde dos puntos de vista: estático y dinámico. El primero describe a la población en relación a su cantidad y estructura en un determinado momento. El segundo, determina la evolución de la población describiendo los movimientos que influyen en su cantidad y estructura.

La evaluación de la demografía se puede realizar a través de métodos estadísticos cuantitativos y cualitativos. Los métodos cuantitativos se basan en censos, sondeos y registros que se realizan en determinados períodos de tiempo y son expresados a través de tasas de natalidad, morbilidad, mortalidad, índices de crecimiento y migración, entre otros indicadores. Por su parte, los métodos cualitativos permiten conocer las características sociales, económicas, políticas, culturales y biológicas de una población determinada. Este estudio tiene como objetivo principal describir los aspectos demográficos del envejecimiento.


2.    Variables demográficas

De forma general, se considera como principales variables demográficas: el tamaño de la población, distribución por sexo, edad, estado civil, distribución según región geográfica de residencia actual, anterior y de nacimiento, natalidad, fecundidad, mortalidad (Carvalho, Sawyer, Rodrigues, 1994), migración y esperanza de vida respectivamente. En el caso de los factores o variables que explican los cambios del pasado y las proyecciones de la participación de la población mundial mayor de 60 y 80 años son: disminución de las tasas de fecundidad en las últimas décadas, esperanza de vida y las variaciones de las tasas de natalidad y mortalidad (Bloom, Canning, Fink, 2008) inclusive la migración es un indicador que no puede ser olvidado.

a)    Tasa de fecundidad

Corresponde a la relación entre el número de nacidos vivos y la población femenina en edad reproductiva en determinado año. Se considera en edad reproductiva a la población femenina entre 15 y 49 años, respectivamente. La disminución de tasas de fecundidad en los últimos años y décadas, ha permitido la reducción del número de jóvenes, por lo que aumentó la proporción de personas mayores.

A nivel mundial, la tasa global de fecundidad se redujo aproximadamente de 5 hijos por mujer en 1950, a poco más de 2,5 en 2005 (Bloom, Canning, Fink, 2008). Según las Naciones Unidas en el texto de las perspectivas de la población (2007) destacan que se producirá una caída a 2 hijos por mujer en el año 2050. De hecho, los cambios de las estructuras económicas y sociales conducirán a una serie de transformaciones culturales que contribuirán a adopciones de pautas de comportamiento reproductivo compatible con un ideal de familia de tamaño más reducido, lo que fue facilitado por la disponibilidad de procedimientos anticonceptivos (CELADE, 2008).
 
De esta forma, una reducción en las tasas de fertilidad y un aumento de la longevidad irán progresando de forma continua en la población mundial, a pesar de la disminución de la expectativa de vida en algunos países de África (debido al SIDA) y en algunos estados recién independientes (debido al aumento del número de muertes causadas por enfermedades cardiovasculares y por la violencia). Por tanto, en los próximos años, la tasa de fecundidad podría ser inclusive más baja. A pesar de lo que se ha previsto, así, el proceso de envejecimiento demográfico producido por cuenta de la caída de la población joven podría acelerarse en el futuro.


b)    Esperanza de vida

Se refiere al número medio de años que un recién nacido esperaría vivir si estuviese sujeto a una ley de mortalidad. Para el cálculo de esperanza de vida al nacer, se tiene en consideración, no solo los riesgos de muerte en la primera edad, sino también durante otras fases del ciclo vital (infancia, adolescencia, juventud, edad adulta y vejez).

La esperanza de vida mundial, según las Naciones Unidad en el texto de las perspectivas de la población mundial (2007), destaca que aumentó de 47 años en 1950, a más de 65 años y actualmente las proyecciones consideran que para el año 2045 se pueden alcanzar los 75 años. Desde esa perspectiva, se considera que el número medio de años que aún restan para ser vividos, aumentará cada vez, considerando que, desde el año 1950 hasta el año 2000 ,la esperanza de vida se extendió en una media de 18 años (CEPAL, 2004). De hecho, algunos pronósticos de esperanza de vida en países industrializados consideran que pueden superar los 100 años antes del año 2100 (Bloom, Canning, Fink, 2008), pues este fenómeno de antienvejecimiento sería determinado producto del mejoramiento de las atenciones médicas y del uso de tecnología médica cada vez más sofisticada, inclusive estilos de vida más saludables, por ejemplo, la disminución del consumo de alcohol, mejoramiento de dietas alimenticias y uso del cinturón de seguridad en los automóviles, entre otras medidas (Bloom, Canning, Fink, 2008), pueden contribuir para la prolongación de los años de vida. Por tanto, la esperanza de vida es un indicador de longevidad y está compuesto por la cantidad de años vividos, donde todas las personas pasan por diferentes estados de salud hasta la muerte. Por otra parte se considera como longevidad al número de años vividos por un individuo o al número de años que en promedio, las personas de una misma generación o cohorte vivieron (Carvalho, Garcia, 2003).
 
En el caso específico de Brasil, en el inicio del siglo XX, la expectativa de vida al nacer era de 33.7 años, habiendo llegado a 43.2 en 1950. Con el avance de la década inmediatamente posterior, la expectativa de vida había aumentado en casi 8 años (55.9 en 1960). En la década siguiente la expectativa de vida al nacer pasó a 57.1 y en 1980 llegó a 63.5 años (Anuario Estadístico do Brasil, 1982); desde entonces, la esperanza de vida del brasilero al nacer llegó a 78 años en 2006. Por tanto, el resultado de este fenómeno podrá ser observado en forma íntegra en 2025, cuando Brasil tendrá cerca de 32 millones de personas viejas o adultos mayores al rededor del mundo (Veras, Ramos, Kalache, 1987).


c)    Tasas de natalidad y mortalidad

La natalidad se debe entender como el número de niños que nacen anualmente por cada mil habitantes en una determinada área (Veras, Ramos, Kalache, 1987). La mortalidad se refiere al conjunto de los individuos que murieron en un determinado intervalo de tiempo. Para que exista un equilibrio en el crecimiento de la población es necesario una elevada tasa de fecundidad que debe ser compensada también con una mortalidad elevada. Sin embargo, los descensos llevan a un menor ingreso de jóvenes en poblaciones que pasan a vivir periodos más largos, produciendo disminución de muertes. Este fenómeno ocurre cuando hay una reducción significativa de las tasas de natalidad y mortalidad, pasando para un estadio de crecimiento poblacional más lento o equilibrado (Magnoli, 2004). De esa forma, las causas más frecuentes atribuidas a la caída de la mortalidad son los avances en el área de la medicina, saneamiento y condiciones de vida (Ferreira, 2006), y la caída de la natalidad a factores como urbanización, industrialización, inserción de la mujer en el mercado de trabajo, expansión de la escolaridad y sobretodo el usos de métodos anticonceptivos.

Brasil experimentó en 1940 y 1960 un descenso significativo de la mortalidad, manteniendo la fecundidad en niveles bastante elevados, lo que generó una población bastante joven, casi estable, y con rápido crecimiento; sin embargo, la reducción de la fecundidad se inició a partir de los años 60, donde los valores de las tasas brutas de natalidad oscilaban entre 45 y 50 nacimientos por mil habitantes y las tasas de fecundidad total, variaban entre 7 y 9 hijos, en promedio por mujer (IBGE, 2009). La reducción de la tasa en 2005 a 2 hijos por pareja, dejaba a Brasil en una situación de estabilidad poblacional. Si cada pareja continuaba teniendo 2 hijos, la población simplemente sería repuesta, o sea, para cada dos personas que muriesen, nacerían otras dos. Por eso la tendencia es que esos índices continúen cayendo, lo que ya fue observado en el año 2006 (1.8 hijos). La proyección del Instituto Brasileiro de Geografía y Estadística (IBGE, 2009) es que la tasa de fecundidad en 2050 sea de 1.61 hijos. Esto significa que en el futuro la población anciana, tenderá a ocupar un espacio cada vez mayor en la demografía brasilera. Por lo tanto, para que la población envejezca, es necesario que nazcan muchos niños y que ellos mismos sobrevivan hasta edades avanzadas y que, simultáneamente, el número de nacimientos disminuya. Con eso la entrada de jóvenes en la población desciende y la proporción de aquellos que sobrevivan hasta edades avanzadas pasa a crecer.


d)    Migración

La migración es un fenómeno esencialmente social, y es determinado por la estructura cultural, social y económica de una determinada región en la que ocurre (Welti, 1998). Su principal característica es el movimiento de la población en que el desplazamiento de un individuo, en un espacio determinado, puede ser clasificado e interpretado desde varios puntos de vista, por ejemplo, en función de espacio, duración, forma y control.

- En cuanto al espacio: la migración puede ser interna cuando se realiza dentro de un país y externa cuando las personas se desplazan de un país a otro. Por tanto, la migración interna puede ser urbana y rural, y la externa intracontinental.

- En cuanto a la duración: se refiere al tiempo que el individuo se queda en determinado lugar, en que la migración temporaria tiene como objetivo la fijación de residencia por un período inferior a un año y la migración permanente tiene como objetivo la fijación de residencia por un período igual o superior a un año.

-    En cuanto a la forma: cuando las migraciones se realizan de forma voluntaria o forzada.

-    En cuanto al control: las migraciones pueden ser legales o clandestinas.

La migración se trata entonces de un fenómeno de múltiples dimensiones, relacionadas con el desplazamiento poblacional, cuya causa es la necesidad o aspiración de superar una insatisfacción emanada de diferentes factores físicos naturales, socioeconómicos, culturales y psicológicos que generan cambios en cada una de las áreas en las que se producen (Ramos, 1991). Por ejemplo, una migración importante de adultos jóvenes envejece al país de origen y rejuvenece a la población receptora (Villa y Rivadeneira, 2000). Este fenómeno va a depender de la edad de las personas que emigran entre las distintas áreas geográficas.

Por tanto, el rápido envejecimiento de los países en desarrollo va acompañado de cambios dramáticos en las estructuras y roles en las familias, en las exigencias en el trabajo y la migración. Por su parte, la migración a los países desarrollados podría, teóricamente, disminuir la población envejecida y aliviar la presión sobre las economías (Bloom, Canning, Fink, 2008), siempre y cuando las personas que emigren sean jóvenes. Según Kinsdella y Phillips (2005), la migración internacional generalmente no juega un papel importante en el proceso de envejecimiento, pero puede ser importante en las poblaciones pequeñas. Sin embargo, Lee y Miller (2000) observan además que, por un lado, los inmigrantes son favorecidos en gran medida y por otro, que no están bien claros los resultados de la migración, traducidos en beneficios económicos netos o pérdidas para los países receptores.


3.    Transición demográfica

Básicamente, la estructura demográfica está siendo significativamente alterada por el fenómeno del envejecimiento según varios estudios (Chackiel, Villa, 1993, Villa, Rivadeneyra, 2000), lo que significa la existencia de contrastes de ritmos heterogéneos en el desarrollo de diversos países del mundo. En ese sentido, la población mundial está marcada por la transición demográfica, lo que puede ser interpretado a través de categorías que describen las características básicas de los cambios de los países.

Desde esa perspectiva, se entiende por transición demográfica como el proceso que, en un primer momento, se caracteriza por el cambio de elevados y bajos niveles de mortalidad y, posteriormente, por el descenso sustentado de fecundidad, para llegar finalmente a bajos niveles en ambas variables (Schkolnik, 2007). Este fenómeno implica un proceso de larga duración y permitió determinar la transformación sociodemográfica inicialmente de los países europeos (Villa, González, 2004) y, en la actualidad, en países de América Latina y El Caribe, (Huenchuan, 2009). Este fenómeno va a producir algunos problemas, lo que no constituye un buen panorama para los adultos mayores (Viveros-Madariaga, 2001), pues la proporción de personas que tienen 60 años o más, está creciendo rápidamente en relación a otros grupos de edad. En esencia, del número de personas mayores de 60 años, se estima que van a llegar a 100 millones en 2020 (Bloom, Canning, Fink, 2008) y, específicamente en Brasil, en el futuro, tendremos una población casi estable, esto quiere decir, más envejecida y con una tasa de crecimiento bajísima o, tal vez, hasta negativa (Carvalho y García, 2003). El resultado de ese fenómeno podrá ser observado en forma íntegra en 2025, en que Brasil tendrá cerca de 32 millones de personas con más de 60 años, consecuentemente será la sexta mayor población de ancianos del mundo (Veras, Ramos, Kalache, 1987). A continuación se presentan antecedentes de la transición demográfica descrita por Chackiel y Villa (1992) para los países de América Latina y El Caribe.


3.1.    Transición incipiente

Se encuentran los países que representan elevadas tasas de natalidad y mortalidad, por lo tanto, un crecimiento natural moderado cercano al 2,5% y con elevada fecundidad. Esta estructura muestra una población con edades jóvenes y una elevada relación de dependencia. Son ejemplos claros de ello países como Bolivia y Haití.


3.2.    Transición moderada

Este tipo incluye a países que aún representan un crecimiento poblacional natural elevado del orden del 3% con elevada natalidad y mortalidad moderada. Estas poblaciones también representan una elevada relación de dependencia. Países como el Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Paraguay, representan esta realidad.


3.3.    Plena transición

Está representado por países con natalidad moderada y mortalidad moderada o aún baja. Esto determina un crecimiento natural moderado del orden de 2%. Su estructura en la población por edades es relativamente joven y disminuye la relación de dependencia. En este tipo de transición se encuentran países como Brasil, Costa Rica, Ecuador, México, Panamá, Perú, República Dominicana y Venezuela.
 

3.4.    Transición avanzada

Son las poblaciones con baja natalidad y mortalidad moderada o hasta baja, lo que puede interpretarse como un crecimiento natural bajo, del orden del 1%. Algunos países que se ubican en este grupo presentan una estructura de edades y comportamientos demográficos similar a los países desarrollados. Por ejemplo, Argentina, Uruguay, Chile, Cuba, Barbados, Guadalupe, Jamaica, Puerto Rico y Martinica, presentan tales padrones en América Latina y El Caribe.


4. CONCLUSIÓN

A partir del cuadro de categorías mostrado, se puede interpretar que los países que poseen elevada concentración de personas jóvenes se pueden considerar como poblaciones que presentan una elevada tasa de natalidad. Esta característica es típica de los países subdesarrollados. Por el contrario, los países con elevado desarrollo económico, exhiben una proporción de personas adultas y ancianas mucho mayor, producto de una baja tasa de natalidad a través de varias décadas. Este fenómeno representa los estilos de vida y prioridades de las poblaciones desarrolladas, entre ellos la incorporación de la mujer al mundo del trabajo en forma masiva, la necesidad de estudiar, viajar, el dinamismo del mercado laboral, los cambios de trabajo, de ciudad y de país para vivir.



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